En lugar de la variedad de metas que buscan las diferentes entidades de cualquier raza de la civilización, cada eddoriano, y todos ellos, tenían sólo una, la misma: el poder. ¡El Poder! ¡EL PODER! ¡E-L P-O-D-E-R!
– E. E. “Doc” Smith, Triplanetary, versión revisada (1948)
Space Opera. Todos sabemos lo que es, aunque nunca hayamos oído el término. Guerras estelares que abarcan galaxias enteras. Tecnología tan avanzada que parece magia. Acción a raudales, increíbles combates entre naves y explosiones en el espacio. Alienígenas pintorescos y planetas de espectacular geografía. Héroes y villanos más grandes que la vida misma usando el espacio como telón de fondo de sus épicos enfrentamientos. La space opera (u ópera espacial) es uno de los subgéneros más antiguos de la ciencia ficción, cuyas raíces se hunden firmemente en la literatura pulp. Mientras que la ciencia ficción “dura” tiene su base en los hechos científicos reales y en la extrapolación y especulación de sus posibilidades, y se centra en presentar una tecnología plausible y verosímil, y la ciencia ficción humanista o política sitúa el foco sobre las implicaciones personales, sociales y culturales del desarrollo tecnológico, en la space opera lo que prima es la aventura, la acción, el romance y el sentido de la maravilla… es decir, la diversión sin filtro. En la mediatizada cultura popular actual, tan impregnada de la fantasía y la ciencia-ficción que antaño relegara a los márgenes, abundan los ejemplos de este subgénero, de Star Wars a Star Trek, de los Guardianes de la Galaxia a Battlestar Galactica a Firefly o The Expanse. Y sin embargo, ninguno de ellos existiría en su forma actual sin la obra de Edward Elmer Smith, el narrador de ciencia ficción más importante de su tiempo, y posiblemente una de las figuras más influyentes e innovadoras del género. Continue reading