Los magos de Oriente: los primeros peregrinos del románico.

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Cristina Párbole Martín

Historiadora en la Fundación Santa María la Real. Creadora de "La Huella Románica" y difusora de todo lo que guarda este estilo artístico. En mis ratos libres investigo y defiendo los pequeños pueblos.

Creo que hoy es el mejor momento para conocer a los llamados magos de Oriente y ver de qué manera quedaron reflejados en el románico. Si nos preguntan ¿cuántos son los reyes magos y cuáles son sus nombres? rápidamente contestamos que son tres y se llaman Melchor, Gaspar y Baltasar, pero si nos vamos a la Biblia la realidad es diferente. Solamente el evangelio de San Mateo hace referencia a los magos:

“Jesús nació en Belén de Judea cuando gobernaba el rey Herodes. Y he aquí, unos magos vinieron del oriente a Jerusalén, preguntando: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque al ver su estrella en el oriente, hemos venido para adorarle. Cuando el rey Herodes oyó esto, se turbó, y toda Jerusalén con él […] Entonces Herodes, llamó en secreto a los magos, e indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella; y enviándolos a Belén, dijo: vayan, y averigüen con diligencia acerca del niño; y cuando lo hallen, háganmelo saber, para que yo también vaya y le adore. Y ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño. Al ver la estrella, se regocijaron con gran alegría. Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra. Pero siendo avisados por revelación en sueños que no volviesen a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino”. [1]

Como vemos no se indica que fueran tres ni mucho menos sus nombres, entonces ¿de dónde viene esa información que actualmente conocemos?

El número se impone al mencionar las Sagradas Escrituras que eran tres las ofrendas que realizan a Jesús, se entiende que cada uno de ellos porta un regalo. Algunos estudiosos consideran que la primera vez que se marca el número y el nombre es en el Evangelio Armenio de la Infancia del siglo VI. El paso del tiempo, como nos indica Laura Rodríguez Peinado, va añadiendo más detalles; por ejemplo en la obra Excerptiones patrum, collectanea et flores, atribuida falsamente a Beda el Venerable (c. 672-735) se los describe identificándolos con su nombre, los dones ofrendados por cada uno y su significado, además se alude por primera vez al color oscuro de la piel de Baltasar” [2] Posteriormente se añade el tema de las barbas y los ropajes que llevan, siendo importante en este aspecto los datos aportados por los evangelios apócrifos.

El románico como gran captador del mensaje cristiano, recoge a los sabios de Oriente y resalta como momento más importante el de la Epifanía o lo que es lo mismo “la adoración de los reyes Magos”. La escena siempre es la misma, aparece la Virgen María con el niño en brazos acompañada de los tres reyes que portan las ofrendas en sus manos. En ocasiones, puede aparecer San José y la estrella que los guía. En el trasfondo de esta iconografía de los tres reyes encontramos la visión de los primeros peregrinos, como señala Karina Ruiz Cuevas de la Universidad de Santiago de Compostela. En ellos vemos una prefiguración del peregrino que se lanza a los caminos hacia la tumba del apóstol Santiago. Por su parte, Rodríguez Peinado considera que “a partir del periodo románico la Epifanía se convirtió en un vehículo de conceptualización teológica importante no solo para la vida religiosa, sino también para la política feudal, como un modo de exaltación del poder temporal y de la generosidad de los donantes […]. [3]

La adoración decorará cada rincón de los templos románicos llegando hasta nuestros días. Sin duda, lo interesante es acercarse al trasfondo de las cosas y ver como evolucionan con el paso del tiempo.

En este capitel podemos observar a la Virgen con el niño en sus piernas, mientras uno de los reyes postrado le hace entrega de uno de los presentes.

(Capitel de la iglesia de Santa María de Piasca) En este capitel podemos observar a la Virgen con el niño en sus piernas, mientras uno de los reyes postrado le hace entrega de uno de los presentes.

En la esquina del lado derecho del capitel encontramos el cuerpo del segundo rey al que sigue el tercero llevando la ofrenda en sus manos. Detrás de él, tres caballos.

(Capitel de la iglesia de Santa María de Piasca) En la esquina del lado derecho del capitel encontramos el cuerpo del segundo rey al que sigue el tercero llevando la ofrenda en sus manos. Detrás de él, tres caballos.


[1] Evangelio de San Mateo 2, 1-12

[2] Rodríguez Peinado, Laura, «La Epifanía». Universidad Complutense de Madrid.
[3] Ruiz Ciuevas, Karina, «La Adoración de los Reyes Magos como prefiguración del peregrino en el Camino Jacobeo: Influencia del antiguo coro pétreo del maestro Mateo en la difusión de este tema en la Galicia medieval». Universidad Santiago de Compostela.

Cristina Párbole Martín

Historiadora en la Fundación Santa María la Real. Creadora de "La Huella Románica" y difusora de todo lo que guarda este estilo artístico. En mis ratos libres investigo y defiendo los pequeños pueblos.
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